Durante el segundo septenio, el niño aprende a través del hacer, ya que lo primero es el desarrollo motor, la motricidad fina, la cual se impregna de los ejemplos que recibe y así se va formando un determinado carácter que nos guíe hacia una madurez terrenal.

 

"La anorexia se relaciona con la forma en la queremos encarnar, la forma corporal que queremos tomar y eso nos lleva a recibir el alimento y volverlo parte de uno mismo."