Para entenderlo mejor, hemos llamado al ozono “la cabeza de jano”, lo que nos hace entender que el ozono puede ser tanto tóxico como benéfico, dependiendo del acercamiento que tengamos con este.

 

Debemos entender la importancia del cuidado de la naturaleza, para permitir que se mantenga la capa protectora del ozono y evitar que se genere ozono troposférico sobre la superficie del planeta.