Existen una serie de estudios que demuestran que la televisión ejerce su influencia más profunda y duradera en los niños más pequeños, la argumentación se basa en la psicología, dándole gran importancia al concepto de la imitación. 

 

“Si antes de cumplir 7 años el niño observa en su entorno únicamente acciones necias, el cerebro adquirirá formas que en la vida futura también lo condicionarán para hacer necedades”

 

Un recién nacido ya está en condiciones de imitar la mímica de los adultos, se pudo demostrar que un niño de 14 meses es capaz de imitar acciones que observa en la pantalla, tanto de acciones constructivas como destructivas, en este punto cabe destacar que los niños no saben diferenciar entre realidad y ficción.  

Rudolf Steiner no ve en la imitación de los niños pequeños un fenómeno que sólo se reduce a acciones externas, también imitan pensamientos y sentimientos de las personas de su entorno inmediato. Es un proceso interior, es decir los pensamientos están involucrados en la formación de los órganos internos.

Si una y otra vez durante años, aparecen en el entorno del niño personas que cometen actos violentos sin compasión, teniendo éxito con ello, el niño desarrollará órganos (sobretodo en el cerebro) que tendrán a considerar la violencia como algo normal, e incluso como algo ejemplar. 

 

Teorías: 

  1. Aprendizaje socio-cognitivo: El aprendizaje se efectúa mediante la imitación de modelos. La Neurociencia habla de la neuroplasticidad del cerebro diciendo que a través de pensamientos y acciones se forma en el cerebro lo que se llama allanamiento del camino. Esto sucede en situaciones de estrés.
  2. Acostumbramiento emocional: Las personas rápidamente se acostumbran a presenciar imágenes de violencia, escenas que al principio resultaban chocantes pronto son consumidas como un divertido entretenimiento, afirmando que la insensibilidad ante la violencia en la ficción, también modifica el comportamiento ante la violencia real y concreta.